FOMENTAR UNOS HÁBITOS DE SUEÑO ADECUADOS
En muchas ocasiones los papás nos pedís ayuda para reorganizar la rutina del sueño del niño y hacerle más autónomo. Vamos a desarrollar unas pautas generales que creo que os pueden servir para este fin.
El sueño es una de las rutinas más importantes en la vida de vuestro hijo. El bebé necesita estar descansado para poder enfrentarse a todos los retos que le trae el nuevo día. Descansar de forma adecuada y durante un tiempo conveniente es fundamental para el desarrollo del niño. Los niños que no duermen suficiente suelen estar irritables, cansados, desganados… y esto incide en sus experiencias diarias y en su aprendizaje.
Por esto es muy importante que el niño adquiera unos hábitos de sueño adecuados y para conseguirlo el papel de los padres es fundamental.
Os mostramos unas pautas de sueño que os pueden venir bien para este fin:
- Asegurarnos que el cuarto del bebé tiene las condiciones ambientales adecuadas: temperatura, luz, nivel de ruido, que la ropa que lleva sea cómoda…
- Establecer unos horarios regulares: para conseguir una rutina del sueño apropiada es imprescindible que exista un orden en los horarios del niño. Es necesario fijar una hora de acostarse y una hora de levantarse.
Los fines de semana, estos horarios suelen verse modificados, pero hay que tratar de mantenerlos lo más regulares posible dentro del cambio. Es importante evitar siestas excesivamente largas durante el fin de semana aunque no hay que evitar que duerma durante el día, sobretodo a partir de las seis de la tarde.
No debemos llevarle nunca a nuestra cama ni dormir con ellos en la suya. Debe aprender a dormirse solito y no conseguir nada a cambio de sus despertares nocturnos.
- No intentar cansarle demasiado para que luego se duerma mejor, muchas veces, los niños están tan excitados por la gran cantidad de actividades que han hecho durante el día, que luego les cuesta mucho bajar ese nivel de excitación.
- Es importante separar la rutina de la alimentación de la rutina del sueño. En muchas ocasiones, el bebé se duerme al darle el pecho o el biberón, ya que se queda muy tranquilito. Es necesario poder darle al bebé oportunidad de que concilie el sueño solo en algunos momentos del día, para no generarle dependencia de los brazos de sus padres, o de que “alguien le duerma”. Sobretodo si vamos a dejarle en una escuela infantil o con una cuidadora en casa después de la baja por maternidad. Cuanto más autónomo sea, mejor va a ser su adaptación.
- Realizar actividades relajantes en las horas previas al momento de acostarse: durante el tiempo previo al momento de acostarse, es positivo realizar actividades que desciendan el nivel de activación del niño. De este modo, cuando llegue el momento de irse a la cama no estará excitado y le será más fácil conciliar el sueño. Estas actividades son del tipo de: baño tranquilo, escuchar música relajante, masajes, cuentos …
- Es positivo dejarle un objeto de apego que le acompañe toda la noche, puede ser una lucecita, un muñeco, una manta especial con superpoderes… Esto le ayudará a calmarse y a sentirse más seguro. Poco a poco lo irá dejando de necesitar pero al principio pueden ser muy útiles.
- No comentar entre adultos el tema del sueño delante de niño ni regañarle después de una mala noche. Entonces el niño captará que es un tema importante o preocupante para nosotros y puede generarle tensión o incluso reforzarle porque así le estaremos dando protagonismo.
- Reforzarle cuando duerma bien: la mañana siguiente a una noche en la que haya dormido bien le alabaremos y felicitaremos.
- Familiarizar al niño con la habitación en la que duerme jugando en ella, o pasando largos ratos allí, para que al niño le resulte un lugar agradable, seguro y familiar en el que dormir.
- Evitar los medicamentos inductores del sueño.
- Establecer una secuencia ordenada de actividades previas al sueño, que se repita todos los días y decir una expresión anticipatoria al momento de acostarse: es importante establecer una rutina previa al momento de acostarse que se repita a diario (por ejemplo: baño-cena-cuento-a dormir) para posibilitar al niño que anticipe lo que sucederá después y pueda prepararse para ello. También podemos verbalizarle la secuencia y decir una expresión o frase todos los días justo antes de que el padre/madre abandone el cuarto de niño, por ejemplo: darle un beso y decirle “hasta mañana, que duermas bien”…
- Los cuentos que elijamos para el momento antes del sueño, deben ser de temas neutros o positivos. Evitar cuentos en los que salgan monstruos, lobos….personajes que les puedan provocar miedos.
- Haciendo todos los días la misma rutina, le daremos seguridad al niño. Al principio es importante no ceder y ser consecuente. Así, evitaremos llevárnoslo a nuestra cama o ceder cuando empiece a pedirnos más de un cuento.
- Intentar que la rutina de dormir se ponga en marcha por el miembro de la pareja que sea más firme con las exigencias del niño.
- Los padres han de ser consecuentes y consistentes en la aplicación de las pautas: ante las mismas conductas reaccionarán siempre de la misma manera. Es importante no ceder a las demandas (llevárselo a la cama de los padres, dormir con él…) ni un solo día porque le estaríamos dando un mensaje contradictorio, diciéndole que para conseguir irse a la cama de papá y mamá solo hay que llorar más fuerte.
Como siempre, buscamos que el niño sea de alguna manera consciente de su implicación para conciliar el sueño.
Espero que sea de vuestro interés y me encantaría que nos propusierais temas para desarrollar.