¿Le llevo a una escuela infantil o le dejo en casa?

Esa pregunta está en la cabeza de muchos padres cuando tienen un bebé.
Al terminar la baja maternal muchos padres se plantean la escuela infantil como única alternativa ante la imposibilidad de tener un familiar cercano o persona de confianza que cuide pero, ¿Por qué es una buena idea? Hay opiniones divergentes.
Sin querer menospreciar el trabajo de los cuidadores de niños en el domicilio, la escuela aporta una gran variedad de ventajas frente a dejar el niño en casa. Vamos a intentar desarrollaros las más importantes.
En la escuela infantil ofrecemos un ambiente positivo y estimulante diferente al familiar, en el que los niños reciben refuerzos y consiguen una imagen buena de sí mismos.
También nos marcamos unos objetivos acordes a la edad y la madurez de los niños. Partiendo siempre de metas que les puedan ser fácil de alcanzar para empezar a motivarles y así ir consiguiendo acercarles a objetivos más concretos. Por ejemplo: conseguir que un niño gane autonomía al conseguir dormirse solo, sin la dependencia del adulto.

Es importante no perder de vista que las escuelas infantiles son uno de los primeros filtros para detectar pequeñas alteraciones o retrasos en el desarrollo y que cuanto antes se detecten, antes se podrá trabajar en su tratamiento.

Otra razón de peso es apoyar a los padres en el proceso del desarrollo de un niño de 0-3 años en el que, muchas veces, se ven perdidos. También para tranquilizarles sobre algunos temas que les preocupan y darles orientación pedagógica y en otras ocasiones también apoyo emocional.
También preparan a los niños para ir “al cole de mayores”. Muchas son las facetas que los niños desarrollan en la escuela. Sobretodo las que tienen que ver con autonomía: subir y bajarse el pantalón solitos, comer de forma autónoma sin tirar ni jugar con la comida, pedir a la profesora lo que necesitan. Esas herramientas, les dan seguridad para enfrentarse al reto nuevo que supone la escolarización en la segunda etapa de educación infantil
Por otro lado, es muy importante el desarrollo del ámbito social: saber compartir y esperar turno, poder disfrutar de las actividades y tareas propuestas sin tener dependencia del adulto o poder defenderse de otros niños.

A nivel de rutinas, en la escuela trabajamos siempre las rutinas de la misma manera y a la misma hora. A los niños les aporta muchísima seguridad porque saben lo que viene a continuación y porque saben lo que se espera o no que hagan en ese momento. Pensad también que los niños de estas edades no tienen conciencia de tiempo, sino que viene guiada por la ordenación de los acontecimientos. Ej: No entiendo que mi padre me recoge a las tres, pero sí se que viene siempre después de la siesta.

A nivel cognitivo, los niños que han asistido a una escuela infantil (hablamos siempre de una que tenga un proyecto pedagógico, no de una guardería) han desarrollado y estimulado funciones cognitivas propias de la etapa escolar, entre las más importantes, el desarrollo de la atención, del lenguaje tanto expresivo como comprensivo y de la memoria entre las más importantes. En la escuela infantil se trabaja a diario en una asamblea y se hacen actividades. Los niños, a los dos o tres meses de asistir a la escuela y exponerse a esta esta actividad tan importante del día, van desarrollando capacidades cognitivas que les van a ayudar a enfrentarse mejor a las demandas del segundo ciclo de la educación infantil.

Hay casos concretos, en los que las escuelas, ayudan a compensar carencias del domicilio familiar, o a dar estabilidad en momentos en los que la situación familiar este cambiando (divorcio, enfermedad de uno de los padres…). Así, el niño en la escuela posee otro ambiente en el que se sentirá seguro y pueda tener un buen desarrollo emocional.

Estas son las razones mas importantes por las que defendemos el primer ciclo de Educación Infantil, os animamos a conocernos cuando queráis o a que nos planteéis las posibles dudas que os puedan surgir.