Lidiar con los caprichos infantiles

5 abril, 2016

 caprichoso caprichosa

Vivimos en una cultura consumista

Hace tiempo, un amigo mío chileno me comentó la diferencia entre culturas tan grande que existía entre su país y el nuestro. Uno de los factores que más le llamaba la atención era precisamente lo consumistas que somos en España. Me decía que en Chile, cuando se les estropeaba cualquier aparato o electrodoméstico siempre se llevaba a arreglar, y comentaba con cierta desazón cuanto le había costado encontrar a alguien que le arreglara aquí la tostadora porque no estaba en garantía. También comentaba como nosotros, tenemos varios relojes, o pares de zapatillas parecidas, o varias gafas de sol, a diferencia de en Chile.

Tiene razón, y este aspecto tiene muchas consecuencias en nuestro comportamiento y por ende, en el de los más pequeños.

En primer lugar, al tener varios “objetos” con la misma finalidad, le quitamos valor a cualquiera de ellos, y los cuidamos menos. Además, seguimos queriendo “poseer más”, sea de la índole que sea.

Es verdad que el capricho, es casi una característica innata de los niños de 2 a 4 años, pero a partir de esta edad,  los caprichos se van haciendo más conscientes por parte del niño, y si no se manejan bien por parte de los padres, es probable que ese rasgo de personalidad, se asiente. Y los niños desarrollen la creencia de que cualquier cosa que les pida se concederá “por derecho”.

Es importante esto del “por derecho”, porque esa creencia se sostiene sobre el hecho de:

  • Creer que no se tendrán que ganar las recompensas o premios.
  • La idea de que las cosas no valen nada.
  • No apreciar el valor del trabajo porque se consigue todo lo que se quiere sin esfuerzo…

¿Qué son los caprichos?

Son exigencias de los niños, que se tienen que cumplir en el momento y que si no se solucionan como a ellos les gustaría, desembocan en una rabieta. No se limitan al consumismo (la exigencia por parte del niño a que el adulto le compre algo) sino que se manifiesta en todos los ámbitos: quiero comer en el plato rosa y no en este verde que me has puesto, quiero tomar plátano hoy y no mandarina (aunque la mandarina le guste)….

Otra característica que suele ir ligada a los niños que muestran comportamientos caprichosos es la falta de empatía con las necesidades de los demás. Por ejemplo:

-“Yo quiero esto y lo quiero ahora”…

– “Ya, pero son las 3 de la mañana y tengo que dormir porque mañana trabajo y si no voy a estar cansado…”.

– “ya pero yo quiero….”

¿Qué puedo hacer para frenar esta situación? O ¿para inculcarles el valor que tienen las cosas, tanto materiales como no materiales?

herramientaOs propongo una serie de acciones sencillas:

  • Es importante no relacionar ningún acontecimiento externo con la consecución de un premio siempre. Ej: Siempre que voy a x, me compran y.
  • Creo que es interesante darles una pequeña responsabilidad en el ámbito doméstico, siempre acorde a su madurez. Por ejemplo:  que os ayude a buscar las parejas de los calcetines después de lavar la ropa.
  • Enseñarle a ser consecuente con sus caprichos. Habéis salido a un restaurante y se pide de plato algo que sabes que no le gusta y aún así no cede y no se quiere pedir otro plato…quizá no se merezca un postre si no se lo ha comido todo.
  • Dar valor a los premios. Para que mamá le compre el chupachups en la caja después de hacer la compra, el niño ha tenido que portarse de acuerdo a lo esperado por la madre (para ello, ella ha tenido que anticipárselo antes).
  • Importante ponerse de acuerdo ambos progenitores para conseguir los premios y las normas.
  • Mostrarle el valor de los juegos o actividades que no cuestan dinero, como puede ser hacer una receta, plantar una semilla, jugar a juegos de mesa, jugar al futbol…
  • Llevarles con vosotros cuando vayáis a arreglar un aparato estropeado, o mostrarles cómo se limpian los zapatos y se les echa crema…
  • Pedirles que os ayuden a elegir juguetes con los que ya no jueguen para dárselos a otros niños.
  • Anticípate y pon una norma en una situación en la cual la última vez montó una rabieta porque quería un premio.

¡Espero que estos consejos os sean de utilidad!

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All comments (1)
  • Montaña
    19 abril, 2016 at 09:02

    Indudablemente la cultura consumista afecta por igual a niños y mayores. Los caprichos con distintas medidas los tenemos unos y otros. Por eso debemos trabajarlos […] Continuar leyendoIndudablemente la cultura consumista afecta por igual a niños y mayores. Los caprichos con distintas medidas los tenemos unos y otros. Por eso debemos trabajarlos e los cimientos de la infancia. Está claro. Gracias Read Less

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